Su producción desciende a partir de los 35-40 años y/o por causa de factores externos (medicamentos beta-bloqueantes, hipnóticos, ansiolíticos, ...)
Su descenso produce una alteración en el sueño y pérdida de las capacidades cognitivas asociadas a la edad.
Endefinitiva, la falta de melatonina está relacionado con el proceso de envejecimiento y la aparición de algunas enfermedades.
“La melatonina tiene un efecto neuroprotector importante y el déficit de esta hormona favorece, junto a otros factores, la aparición de enfermedades como alzhéimer o parkinson”, explica Darío Acuña Castroviejo, director del Instituto Internacional de la Melatonina (IiMEL) de la Universidad de Granada.
El Instituto Internacional de la Melatonina señala que a partir de los 55 años, ya producimos un 40% menos de melatonina.
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