Por esta misma razón se ponen de manifiesto los recuerdos falsos que plasmó Alasdair Hopwood mediante representaciones artísticas tras conocer las anécdotas de a gente acerca de este tipo de sucesos.
Las historias que recibió van desde alguien que recuerda haberse comido un ratón vivo a quien recuerda cómo voló cuando era niño.
A su vez, en la noticia seleccionada se manifiesta la consideración de los neurocientíficos según la cual muchos de nuestros recuerdos cotidianos están falsamente reconstruidos porque nuestra visión del mundo cambia constantemente.
A continuación, se muestran algunos casos verídicos en los que se aprecian los trucos de la mente para confeccionar falsos recuerdos.
Se concluye considerando que la mayor parte de los recuerdos falsos se refieren a situaciones cotidianas sin consecuencias reales, a excepción de las discusiones ocasionales sobre cosas triviales del tipo quién perdió las llaves.
Los falsos recuerdos son subproductos de un sistema de memoria que funciona bien, que puede deducir muy rápido.
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